por Lector de Miles Mathis
Publicado por primera vez en 2025. Sólo mi opinión, basada en búsquedas que cualquiera puede hacer en Internet, pero que casi nadie hace.
Saber que los 33 mineros fueron rescatados con cápsulas Fénix y que al poco tiempo estaban riéndose con el presidente Piñera debería ser más que suficiente para hacernos dudar de esta historia. Así que echemos un vistazo a los protagonistas para ver qué encontramos.
El primero en salir de la mina fue el capataz y camarógrafo Florencio Ávalos Silva, hijo de los agricultores Alfonso Ávalos y María Silva, hermano de otro de los mineros, Renán, y esposo de Mónica, quien era a su vez hermana del sexto rescatado, Osmán Isidro Araya. Bajo tierra había además un tercer Ávalos, Samuel Dionisio, casado con Ruth Guzmán Donoso, de quien se nos dice que no era hermano de los anteriores, aunque varios medios aseguran que era cuñado de Renán. Asimismo, Jimmy Sánchez Laguer, que había sido contratado en los meses previos, era pareja de Hellen Ávalos Soto.
Esto nos deja con tres o cuatro víctimas estrechamente vinculadas entre sí, algo que también parece ocurrir con los mineros Darío Segovia Rojo y Víctor Segovia Rojas, hijos de Margarita Rojo Cubilla y Ercilia Rojas respectivamente, quienes según este sitio tendrían el mismo apellido que Angélica Segovia Ancalipe, la pareja de Osmán, sin que se haya hecho pública ninguna relación de parentesco entre ellos. En la mina estaban también dos primos de Víctor, cuyo apellido remite al color rojo púrpura por el que se conocía a los fenicios: Pablo Rojas Villacorta, que había perdido a su padre una semana antes del accidente, y el casi jubilado Esteban Rojas Carrizo, hijo de Ercilia Carrizo Muñoz y esposo de Jessica Yáñez.
Otros mineros que podrían estar relacionados con los anteriores son: Claudio Yáñez Lagos, hijo de Margarita Lagos y esposo de Cristina Nuñez; Ariel Ticona Yáñez, casado con Margarita Elizabeth Segovia; Omar Reygada Rojas, por tercera vez atrapado en un yacimiento; el enfermero bígamo Johnny Barrios Rojas, pareja de Marta Salinas y Susana Valenzuela; Carlos Barrios Contreras, pareja de Carolina Véliz; Pedro Cortez Contreras, hijo de Doris; Claudio Acuña Cortez, que había sido contratado tres días antes; Carlos Bugueño Alfaro, hijo de Guadalupe Alfaro y amigo de Pedro; y el bromista Víctor Zamora Bugueño, esposo de Yésica Cortés. De la misma manera, se observa que el minero maratonista Edison Peña Villarroel, pareja de Angélica Álvarez y fanático de Elvis Presley, compartía apellido con Richard Villarroel Godoy, pareja de Dana Castro Aranda.
En cuanto a los demás, José Ojeda Vidal, autor de la famosa nota “Estamos bien en el refugio los 33”, era hijo de Nicanor y María y ya había sufrido tres accidentes previos; Mario Gómez Heredia, el minero de mayor edad que informó las coordenadas del refugio, estaba casado con Lilianet Ramírez; Alex Vega Salazar era esposo de Jessica Salgado e hijo de José, quien llevaba un nombre falso durante las tareas de rescate; Jorge Galleguillos Orellana había sido minero toda su vida; Daniel Herrera Campos era hijo de Alicia y pareja de la alemana Melanie Meyer (apellido judío); Juan Carlos Aguilar Gaete, esposo de Cristy Coronado, tenía veinte años de experiencia en el rubro; Raúl Bustos Ibáñez, hijo de Rosa y esposo de Nora Narváez, había ido a trabajar ese día a cambio de 18 dólares; Luis Urzúa Iribarren, hijastro del dirigente asesinado Benito Tapia, era el jefe de turno; y el evangélico José Samuel Henríquez González llevaba 33 años casado con Hettiz Berríos y 33 trabajando en minas.
Párrafo aparte merece Franklin Erasmo Lobos Ramírez, futbolista de la selección de Chile que, tras su retiro, estaba casualmente prestando servicios como chofer en el lugar del accidente. Era hijo de Abraham Lobos y Zoila Ramírez y estaba casado con Coralia Alarcón, una agente previsional de Hábitat. Sus nombres remiten al agente fenicio Benjamin Franklin y a San Erasmo, patrón de los navegantes, lo que constituye una gran señal de alerta, más aún cuando su propio padre, de nombre bíblico, admite no creer que un futbolista de élite se haya convertido en minero.
Por otra parte, el conferencista y líder sindical Mario Sepúlveda, que se introdujo en la minería gracias al padre de su esposa, Elvira Valdivia, tenía entrenamiento militar al igual que el tercer salvado, Juan Illanes Palma, casado con Carmen Baeza y cabo primero del Ejército de Chile durante el conflicto del Beagle, y como el boliviano Carlos Mamani Soliz, quien era esposo de Verónica Quispe y había comenzado a trabajar en la mina cinco días antes del derrumbe.
A su vez, en el equipo de rescatistas liderado por Ovidio Rodríguez Nuñez estaban, entre otros, Jorge Bustamante Ramírez y Manuel González Pavez, de la mina El Teniente; el bombero Pedro Rivero Oliva, de la minera Carola; los submarinistas Cristián Bugueño Olivares, Patricio Roblero Abarca y Roberto Ríos Seguel, de la Armada de Chile; y el cabo Patricio Sepúlveda Muñoz, del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía.
Resumiendo, tenemos varios apellidos que se repiten, como Ávalos, Araya, Acuña, Segovia, Rojas, Yáñez, Barrios, Cortez, Contreras, Ramírez, González, Nuñez, Bugueño, Muñoz, Villaroel y Sepúlveda, tanto entre los testigos que no tenían relación aparente entre sí como entre los mineros con experiencia o recientemente contratados que aguardaban en el refugio junto a un grupo de militares. Hmm… Qué extraño se está poniendo esto, así que busquemos estos apellidos en la historia de Chile para ver si nos revelan algo más.
La familia Ávalos aparece lavando oro en una foto de 1930; Alonso y Rodrigo de Araya, Babilés Ramírez, y Pedro Cortés de Monroy fueron conquistadores; Raúl Araya Stiglich y Guillermo Barrios Tirado eran Comandantes en Jefe del Ejército; el naviero judío Antonio Nuñez de Fonseca fue quien escribió la primera legislación minera del país; Francisco Antonio de Acuña Cabrera y Bayona era gobernador; el dirigente de fútbol Jorge Segovia Bonet fue presidente del club Unión Española, cuyo escudo es un fénix; José Antonio Rojas conspiró en favor de la independencia de Chile; Eliodoro Yáñez Ponce de León era senador, y Ricardo Yáñez Reveco, director de Carabineros; Félix Bugueño fue asesor de la diputada Alejandra Sepúlveda; Moisés Villarroel jugó para la selección de Chile; Manuel Contreras dirigió la Inteligencia Nacional y la policía secreta; y David Benavente Sepúlveda fue maestro masón de la Gran Logia de Chile, al igual que Víctor Guillermo Ewing Acuña, Francisco Javier Villanueva Godoy, Adeodato y René García Valenzuela, Rafael Barazarte Oliva, Fidel Muñoz Rodríguez, Jorge Carvajal Muñoz, Óscar Pereira Henríquez, Benicio Álamos González, Horacio González Contesse y Alejo Palma Guzmán, entre otros.
Por lo tanto, podemos concluir que estos apellidos no sólo tenían fuerte presencia en la mina San José, sino también en los ámbitos político y militar, y particularmente en la masonería.
En estas imágenes vemos al ex presidente Sebastián Piñera recibiendo un premio de la Gran Logia y mostrando la nota de los 33 mineros, lo que parece confirmar que el incidente y el rescate fueron una puesta en escena para aumentar su popularidad y alcanzar su máximo grado en la masonería. Quizás también por eso se había convertido años antes en el dueño del canal Chilevisión.
Su nombre completo era Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, hijo del embajador Manuel José Piñera Carvallo y Magdalena Echenique Rozas y esposo de Cecilia Morel Montes, y pertenecía a una de las cinco familias más ricas de Chile, iniciada por José de Piñera y Lombera y relacionada con el clan Chadwick.
El ex mandatario murió el 6 de febrero de 2024 a sus 74 años (ases y ochos, chai) cuando el helicóptero que piloteaba cayó al agua en Lago Ranco, luego de almorzar en casa de José Cox Donoso (mismo apellido de Ruth Guzmán Donoso, esposa del minero Samuel Ávalos). Junto a él viajaban su hermana Magdalena, el empresario dedicado a la explotación minera Ignacio Guerrero Gutiérrez, y su hijo Bautista Guerrero, que lograron salvarse. Sin embargo, no era la primera vez que Piñera sufría un accidente de ese tipo, pues ya había tenido que realizar aterrizajes de emergencia el 22 de enero de 2011 con el empresario Andrés Navarro y en enero de 2007 en una cancha de fútbol. Antecedentes que presagiaron la tragedia y que, sumado a todo lo anterior, hacen dudar de su veracidad.
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