por Lector de Miles Mathis
Publicado por primera vez en 2025. Esta es sólo mi opinión, basada en búsquedas que cualquiera puede hacer en Internet, pero que casi nadie hace.
Introducción
Estoy seguro de que si cualquiera de nosotros quisiera mencionar a sus antepasados, el recuerdo de la mayoría llegaría como máximo hasta las generaciones de sus bisabuelos o tatarabuelos. Ese, sin embargo, no es el caso de los Parravicini, cuyo linaje se remonta mucho más atrás en el tiempo, e incluye no sólo registros oficiales, sino también orígenes legendarios. Muchos genealogistas desestiman las historias míticas sin siquiera adentrarse en ellas, pero tenemos manera de probar que no son completamente falsas, sino que contienen verdades ocultas de las que no quieren que nos enteremos.
La genealogía de los Parravicini está llena de personajes famosos, nombres repetidos, multiplicidad de idiomas, modificación de apellidos y otras tantas situaciones que tienden a generar confusión. Pero eso no nos va a impedir llegar lo más lejos que podamos, presentando los datos de tal forma que sean accesibles y entendibles para todos.
Gracias a la revisión de diversas fuentes disponibles en Internet, entre las que se encuentran textos bíblicos, sagas nórdicas, literatura medieval y registros nobiliarios, fue posible rastrear a los antepasados de Parravicini por más de 130 generaciones distribuidas en más de 5000 años, las cuales se exponen en el siguiente cuadro que iré explicando a continuación.
Textos Bíblicos
Una de las primeras dudas que tenía al trazar el recorrido genealógico era hasta qué época podía llegar con datos fidedignos. Al ver que las fuentes en las que se identificaba a los primeros parientes de Parravicini se extendían desde los tiempos de Carlomagno hasta los de Napoleón, aproximadamente entre los años 750 y 1800 d.C., me planteé el desafío de ir más atrás. ¿Pero cuál podía ser el momento en donde dar inicio a esta genealogía? Fue ahí cuando recordé el exhaustivo análisis que Gerry había hecho sobre los textos bíblicos y me di cuenta que el origen de todo debía estar en el Génesis.
En el momento cero de la creación podemos mencionar a un único ser: Dios, a quien los antiguos israelitas llamaban YHWH (Yahweh), nombre que sorpresivamente carece de un origen y significado conocidos. Sin embargo, dado el descubrimiento de Gerry sobre los múltiples juegos de palabras y nuevos sentidos que se pueden obtener al eliminar las vocales de la Biblia hebrea, me permito hacer una suposición sobre este punto. Wiki nos dice que originalmente la lengua hebrea tenía sólo consonantes, hasta que la Y, la H y la W fueron incorporadas para denotar vocales, exactamente las mismas que conforman el nombre YHWH. Por lo tanto, esta denominación haría referencia al método que se utilizó para encriptar el verdadero mensaje de la Biblia, algo que además se habría mantenido oculto en palabras homófonas del idioma español, pues Yavé sería justamente la “llave” que permitiría descifrar el contenido de ese libro.
Debemos comenzar entonces nuestro camino con Adán, a quien se menciona como el primero de los hombres en la Tierra. Si bien su historia contiene elementos simbólicos, la correlación de otros personajes y eventos del Antiguo Testamento con la realidad hace suponer que esta persona podría haber existido, ya sea como un individuo único o como representante de una comunidad. De hecho, el calendario judío comienza con el Génesis en el año 3760 a.C., lo cual coincide con la fecha de invención de la rueda y de la escritura en la cultura sumeria, considerada la primera civilización del mundo. Wiki admite además que Adán está inspirado en Enkidu, un héroe de la literatura sumeria que acompaña al tirano rey de Uruk en la Epopeya de Gilgamesh, donde se indica que la inmortalidad es exclusiva de los dioses, aunque luego también es otorgada al ave fénix en el Jardín del Edén.
En estas imágenes vemos al rey Gilgamesh sosteniendo un sol alado, al dios sumerio de los cielos Imdugud, a quien se le atribuye el robo de la Tablilla de los Destinos, y al dios asirio Nisroch, caracterizado con alas y pico. Esto demuestra que la representación de los dioses como aves estaba ampliamente difundida desde tiempos muy antiguos. En cuanto al fénix, tradicionalmente vinculado a la civilización fenicia, se han encontrado seres similares en múltiples culturas, como el Bennu egipcio, el Gandaberunda hindú, y el Fenghuang chino, y es posible que haya sido el símbolo de poderosos gobernantes debido a sus características distintivas: vence a la muerte con el renacer de sus miembros, es decir, con su linaje, y nada calma su hambre ni su sed, por lo que siempre va en busca de más.
Aquí vemos a Ra, dios egipcio del Sol y de la vida, representado con rostro de ave, a la diosa buitre Nekhbet, protectora de los faraones, y a Horus, el dios del cielo. ¿Pero cómo pueden distintos pueblos haber tenido la misma manera de representar a sus líderes? Este sitio nos cuenta que fueron los comerciantes fenicios quienes unieron las tradiciones de Sumeria y Egipto, desarrollaron el alfabeto de veintidós consonantes del cual deriva el hebreo, y escribieron por primera vez la Biblia, que lleva ese nombre por la ciudad de Biblos.
Continuemos ahora con los descendientes de Adán y Eva. Aunque algunas versiones sugieren que pueden haber tenido más de diez hijos, nosotros sólo tomaremos al tercero, Set, llamado así por ser el “sustituto” de su hermano fallecido, y quien curiosamente lleva el mismo nombre que el dios del caos Seth, quien mató a su hermano Osiris, posible primer gobernante de Egipto. Más tarde, en un primer acto de incesto, Set se casó con su hermana Azura y juntos tuvieron a Enos, dando lugar así a las generaciones siguientes con Kenán, Mahalalel, Jared y Enoc, de quien se dice pudo haber sido el fundador de la ciudad de Sion, de la masonería, y un equivalente del rey sumerio Enmeduranki hacia el año 3000 a.C. A Enoc le siguieron Matusalén, Lamec, el famoso constructor del arca Noé, y su hijo Japheth, a quien la Tabla de las Naciones señala como el ancestro común de todas las naciones de Europa.
Si ingresamos a la desambiguación de Wikipedia para este último nombre, podemos advertir que el fundador del sitio genealógico MyHeritage es Gilad Japhet, ex-miembro de las Fuerzas de Defensa de Israel, hijo de la investigadora bíblica Sara Japhet y descendiente de distinguidos rabinos. Su abuelo, Chaim Japhet, era partidario de Henrietta Szold, fundadora de la Organización Sionista Femenina Americana y del Hospital Universitario Rothschild-Hadassah.
Por otra parte, Wiki menciona que Japheth es el nombre real del superhéroe Maggott, un miembro de los X-Men vinculado a las tramas del Rey Sombra y la Fuerza Fénix. Aunque no profundizaremos en estos personajes, creados por el escritor judío Stan Lee, nos sirve al menos para demostrar que vamos por el camino correcto, pues Magog es precisamente el próximo nombre de nuestra genealogía.
Sagas Nórdicas
En el siglo XVI, una obra del genealogista sueco Johannes Magnus estableció una conexión entre el Génesis y los primeros reyes de Suecia, que habría sido fundada hacia el año 2216 a.C. por el segundo hijo de Japheth, Magog. Este nombre puede ser una manera críptica de referirse a la ciudad de Babilonia, pues al invertirlo con el método de cifrado por sustitución, da como resultado Babel, aunque también podría referirse al lugar de donde proviene Gog, personaje bíblico que en el Apocalipsis ataca al pueblo de Israel.
La lista de Magnus menciona que de Magog desciende también el pueblo godo, con gobernantes como Berig, Sibdager, Hothbrodd, Hoder, Erik, Haldan, Filimer y Eugin, entre otros, y que son ellos los que más tarde dan origen al reino lombardo.
A Grasulfo le siguieron Gisulfo II, Geila, Agilulfo de Baviera, Tasilón II, Grimoaldo II, Ansprando, Liutprando y finalmente Ansa, quien era la esposa de Desiderio, el último rey de los lombardos al que Carlomagno derrotó en el año 774 d.C.
Llegamos aquí a un punto clave de la genealogía, pues varias fuentes mencionan que el apellido Parravicini se origina en Brafulfo, apodado Paravicino, quien habría sido consejero secreto de Carlomagno, miembro de los Doce Pares de Francia y primer conde de Chiavenna hacia el año 808 d.C. Sin embargo, su nombre no aparece en relatos oficiales ni en la literatura medieval, por lo que lo seguiremos analizando.
Este texto nos cuenta que Brafulfo era descendiente de Adolfo, Guido y Otón, duques de Benevento, pero como la secuencia mencionada no pertenece a los nobles de esa región, deberíamos buscarla en otro lugar antes de descartarla por completo. Afortunadamente, para esa misma época encontramos una coincidencia casi exacta con Adolfo, Didier y Otón, quienes eran ni más ni menos que los antepasados de ¡Desiderio! De ser así, Brafulfo habría ayudado a Carlomagno a ocupar las tierras de su propia familia, lo cual pone en duda el enfrentamiento entre lombardos y francos, situación que se hace aún más evidente cuando vemos que Carlomagno y su hermano Carlomán estaban casados con Desiderata y Gerberga, las hijas de Desiderio.
Otro de los datos que nos aportan sobre Brafulfo es que era esposo de una condesa Stampa y que su linaje continuó con Guido (asesor del hijo de Carlomagno, Ludovico Pío), Lamperto, Beltramolo, Alessandro (hermano del arzobispo Arnolfo), Pietro y Eberardo, quien habría sido el último conde de Chiavenna hacia el 1065 d.C. También se destacan en este período los hermanos Viviano y Pinello Paravicini, que participaron en la Primera Cruzada y tuvieron sus homónimos en Argentina, y el noble milanés Bonizzone de Carcano, padre del arzobispo Landolfo II que habría concedido a su hermano Guizzardo la capitanía general de la iglesia parroquial de Incino, lugar en el que se desarrolló una de las ramas de los Parravicini.
Se cree que la línea de capitanes de la villa de Parravicino, con los que este sobrenombre se establece definitivamente como apellido, comienza con el hijo de Eberardo, seguido por Alessandro, Petrolo, Beltramo, Fabrizio, Strazia (señor de Martesana y hermano de Godofredo), y Domenico, quien tras abandonar las orillas del lago Alserio y trasladarse a Valtellina durante la lucha entre güelfos y gibelinos, partidarios del Papa y del Emperador respectivamente, pasó a convertirse en el fundador del señorío de Caspano hacia el 1270 d.C.
Aquí tenemos la torre inclinada del castillo de Parravicino, último vestigio del siglo XI que según una leyenda contendría materiales procedentes de la destrucción de Incino, el salón principal de la Villa Parravicini Sossnovsky en la localidad de Erba, y el castillo de Casiglio, propiedad de los Parravicini, iniciado hacia el 1350 d.C. por orden del cardenal Beltramino.
La rama de Caspano iniciada por Domenico y su hijo Montanaro se extendió luego por diversas regiones, entre ellas Sudamérica. Entre los Parravicini que llegaron a la Argentina, el nobiliario del Río de la Plata distingue dos troncos principales. Uno de ellos corresponde al catorceavo nieto de Godofredo, Pedro, de quien descienden José, el comerciante de sedas Juan, Pompeyo, y los hermanos Juan y Natalio Parravicini, que se instalaron en Buenos Aires como fabricantes de tejidos.
El segundo tronco se divide en cuatro ramas. En la primera se incluye al décimo nieto de Domenico, Venturino, radicado en Suiza y casado con la hija de Vicente Parravicini y Juana Stampa; al pastor protestante Juan Gaspar, casado con Dorotea Ackermann y cuyo hijo del mismo nombre, esposo de Eufrosina Rietmann, era decorador del castillo real de Berlín; a Juan Enrique, casado con Dorotea Schultz; a otro Juan Gaspar, esposo de María Sofía Kuehn; y a Alejandro Enrique Erwin, radicado en Buenos Aires como director de importantes compañías de seguros.
La segunda rama menciona a los pastores protestantes Vicente, Samuel y Federico; a los carpinteros Daniel y Luis; al esposo de Margarita Meyer, Juan Luis; y al ingeniero Rodolfo Alberto, que vivía en Buenos Aires, proveniente de Basilea. En la tercera rama, a su vez, se encuentran Pedro Pablo, casado con Hipólita Paravicini; otro Juan, fundador de una gran fábrica de tejidos; y Juan Federico, radicado en Buenos Aires y teniente de artillería del Ejército Suizo.
Aunque sólo vamos a seguir esta última línea, los datos de las otras ramas nos sirven para detectar algunas coincidencias, como el hecho de que algunos Parravicini seguían casándose con los Stampa y los Casanova, e incluso con otros miembros de su propia familia, que muchos de ellos ocupaban cargos importantes o trabajaban en la industria textil, y que al parecer elegían vincularse con mujeres de origen judío.
Con respecto a este punto, en la primera rama encontramos los apellidos Ackermann, Rietmann, Schultz y Kuehn; en la segunda, Meyer; y en la última, la repetición frecuente del nombre hebreo Jacobo, que en la historia bíblica es el nieto de Abraham y ancestro directo de las doce tribus de Israel de las que procede el pueblo judío, cuya pertenencia se hereda por línea materna. También llama la atención que el nombre de la residencia principal en el antiguo pueblo de Paravicino esté ahora acompañado por el apellido ruso Sossnovsky, y que los Parravicini de Carcano tuvieran en el año 1160 el patronato de la iglesia de San Nazaro, que nos remite inevitablemente al término nazareo con el que los judíos denominan a quienes consagran su vida a Yahveh.
Otra historia que circula sobre los Parravicini es que eran parientes de Napoleón, lo cual tiene algo de verdad, ya que su abuelo Giuseppe Bonaparte era esposo de María Saveria Parravicini, cuya hija Gertrude estaba casada con su propio primo, Nicola Luigi, hijo de Giovan Battista. María Saveria y Giovan Battista eran a su vez hijos de Giuseppe María y nietos de Francisco Paravisini.
Aquí vemos a Napoleón Bonaparte posando con la mano en el chaleco y al fénix en el Escudo Imperial de Francia y en la cuna de Napoleón II, hijo que tuvo con María Luisa de Austria, lo cual demuestra que la masonería y los fenicios seguían apareciendo en eventos importantes hacia 1810.
El primero de este linaje en llegar a la Argentina fue Guillermo Bonaparte Seaton, iniciando una rama en la que siguieron Luis, Guillermo, que fue juez y presidente de la Corte Suprema de Justicia de Entre Ríos, y Laura, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, quien se casó con el bioquímico Santiago Isaac Bruschtein, crecido en las colonias judías de esa provincia, y que fue madre del periodista Luis Bruschtein Bonaparte. Casualmente, o no tanto, en el documental del canal Infinito que popularizó la vida de Parravicini, quien recibe a los periodistas en la última casa del profeta es justamente la psicóloga y activista Laura Bonaparte.
En ese mismo documental aparece Ana Mancebo, asistente social del hospital Tornú que dice ser nieta espiritual de Benjamín. Aunque no aclara quiénes eran sus padres ni cómo lo conoció, resulta llamativo que en el País Vasco haya una enfermera llamada Ana Mancebo Ruiz de Azua, perteneciente a un linaje noble de las Órdenes de Santiago, Calatrava y San Juan de Jerusalén entre los que se encontraba José Tomás Ruiz de Azua Arzamendi, regidor de Santiago de Chile a quien vemos en la última imagen también con la mano en el chaleco. A los Parravicini y los Ruiz de Azua se los encuentra además como dueños de empresas metalúrgicas en Tres Arroyos, ciudad de la Provincia de Buenos Aires con fuerte presencia de la masonería.
Benjamín Tomás y Dolores tuvieron 8 hijos: Benjamín Ramón (1), alias Pelón, que tapa una de sus manos mientras mira hacia el oriente; María Cornelia (2), casada con el caballero Héctor Viel Loeffler Temperley Knight; María de las Mercedes (3), que intenta retener a su perro; Luis María (4), hábil trepador casado con Amanda Zulema Fernández Perazzo; Dolores Ninfa (5), esposa y musa de Mario Villoldo; Emilio (6), marido de María Esther Reyna Zamboni, preocupado más por el diario que por la cámara; María Antonia Feliciana (7), casada con el acaudalado Alfredo Adolfo Correas Hussey Finegan; y Justino Jacobo Pablo (8), cuyo nombre y vestimenta sugieren que solía jugar a los navegantes fenicios desde niño. Pero atención, porque Geneanet agrega a una hermana más, Cristina, casada con Ernesto Francisco Ambrosetti Holmberg, hijo del etnógrafo Juan Bautista Ambrosetti Antola y María Helena Holmberg Jorge, quien era a su vez la hija de Eduardo Ladislao Holmberg, escritor de ciencia ficción que aparece retratado junto a un fénix en una revista del 1900. Podríamos terminar la genealogía aquí, pero será mejor seguir adelante, pues esta revelación y las largas colas de las novias nos indican que aún hay mucha más tela por cortar.
Siglo XX
No, este no es el tío Lucas ni el personaje calvo de Los Tres Chiflados. Es el hermano mayor de la familia, Benjamín Solari Parravicini, ofreciendo a un periodista un saludo de Venus. Sus sobrinos admiten que la calvicie de Pelón no era natural, sino que se rasuraba el cabello desde joven, y que le gustaba disfrazarse. ¿Pero por qué un hombre de la aristocracia porteña se caracterizaría así? ¿Poderes psíquicos, locura o intencionalidad? Veamos.
Esta serie de imágenes lo muestra en tres etapas de su vida. Había nacido el 8 de agosto de 1898 (8/8/9+8=1+7=8) y nos quieren vender que era un bohemio, mujeriego, amante de la noche e irresponsable que de un día para el otro se transformó en pintor de psicografías. A nadie se le ocurriría pensar que alguien así pudiera tener un trabajo estable, emprender algún proyecto ni mucho menos ocupar un alto cargo. Pero la imagen del centro sugiere algo diferente. Benjamín fue profesor en el Liceo de España de Buenos Aires, encargado del Departamento de Artes del Banco Municipal (actual Banco Ciudad), director de Arte y Ayuda Social del Banco Municipal de Préstamos, jefe de exhibiciones en el Museo de Bellas Artes y secretario de la Asociación para el Desarrollo de las Artes. Así que no era un simple pintor, sino más bien un galerista, directivo y bancario vinculado a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, cuya bandera y escudo poseen claras alusiones a los fenicios.
Como artista, expuso en la Asociación Amigos del Arte, en donde fue felicitado por el entonces presidente Marcelo T. de Alvear, obtuvo premios internacionales y expuso en Lieja, Bélgica, donde consiguió una medalla de oro y logró que el rey Alberto I comprara una de sus obras. Entre sus pinturas se encontraba, por ejemplo, la obra “Marineros”. Aunque se decía que hablaba desde niño con seres invisibles y con duendes que habitaban las violetas de su jardín, sus famosas predicciones iniciaron hacia 1932, a sus 33 años y cerca de las 3 de la mañana, cuando al volver a su casa luego de una cena con amigos, comenzó a recibir mensajes de una entidad desconocida que lo hizo arrodillarse ante un Cristo de la Iglesia Ortodoxa Rusa y le dejó moretones morados en el cuello. Este es otro punto a tener en cuenta, ya que aunque nos dicen que Benjamín era un católico conservador que iba todos los domingos a misa y que el Cristo se lo había regalado un practicante de otra religión, esto podría no ser así.
Benjamín también tenía contactos telepáticos con guías espirituales como el músico Frederic Chopin (2), el médico y teórico de la simulación José Ingenieros (3) o el novelista Víctor Hugo (4), todas personalidades vinculadas con la masonería. Asimismo, su sobrina nieta, Marcela Podestá Costa, cuenta que Benjamín de vez en cuando hablaba en alemán y que tenía en su casa una vitrina con calaveras en la que todas las noches ofrecía licor al espíritu de un músico clásico. Una sana costumbre que supongo habrá adquirido al leer los textos de Miles sobre Beethoven, Mozart y Ocultismo, a los que sin duda este gran profeta habrá podido acceder varios años antes con el don de la clarividencia.
Los Massini también se encuentran en el nobiliario del Río de la Plata, pues Marta Leonor Massini Ezcurra y Almanza estaba casada con Ricardo Manuel Ortiz de Rozas y Oreyro, tataranieto del caudillo bonaerense Juan Manuel de Rosas (5), mientras que su primo Cosme Massini Argerich Ezcurra, descendiente del masón Cosme Argerich, fue presidente de la Sociedad Rural, director del Banco Central y padre de la actriz Mercedes Sombra. Wiki establece además otra relación entre los Parravicini y Rosas, pues nos dice que Reinaldo, hermano de Emilio Parravicini Nonell, estaba casado con Rafaela Romero Cazón, hija del médico de Juan Manuel.
Solari Parravicini comenzó a hacerse conocido en el ámbito esotérico gracias a la revista Sophia, fundada en 1937 por Francisco Brualla (1879-1951), un español radicado en Argentina, discípulo de la teósofa Alice Bailey (1880-1949) en la Arkana School y creador de la Fundación Lucis. La revista de publicación mensual, que se vendía sólo por suscripción y contaba con el apoyo de editorial Kier, había ido publicando psicografías sueltas desde 1945 y lanzó una edición especial con ellas en junio de 1969. En 1964 pasó a llamarse Conocimiento de la Nueva Era, a cargo de Clara A. Carteri hasta 1984 y de Adolfo Bruziks hasta 1988, convirtiéndose en una de las más leídas del rubro. Pero ya hemos visto en artículos anteriores que la Teosofía y el Esoterismo no eran más que proyectos de Inteligencia con el objetivo de desviar la atención y lucrar con la esperanza de la gente, por lo que esta no parece ser la excepción.
Se nos dice que esta imagen muestra a Parravicini con su amigo hermano Sigurd Von Wurmb en su departamento de la calle México, en abril de 1973. ¡¿Pero qué clase de relación es esa?! Su nombre completo era Sigurdo Georg Horst Lutze Von Wurmb, había nacido en Buenos Aires el 21 de octubre de 1925 y era hijo de inmigrantes alemanes, por lo que claramente no podía ser hermano de Parravicini en el sentido estricto del término. Su esposa Ana María y su hijo Eduardo tampoco lo eran. Y aún en el supuesto de que hubieran heredado la amistad de sus antepasados, pues Jacobo Parravicini había llegado al país como ministro del Imperio Austro Húngaro y los von Wurmb eran dueños del castillo Großfurra de Alemania, sigue habiendo algo en esa frase que no cierra.
Si entendemos hermano como alguien que tiene padres en común con otro, y amigo como alguien que no los tiene, ambos términos serían mutuamente excluyentes. Y si el componente fraternal sólo hiciera alusión al sentimiento de Parravicini por su amigo, estaría faltando alguna aclaración más. Sigurd podría haber sido incluso el mejor amigo de su hermano y/o el hermano de su mejor amigo, pero aún así nada de eso lo convertiría en su amigo hermano. La unión de estas palabras no se justifica, a menos que recurramos a otra acepción del segundo término, ubicándolos como miembros de una misma hermandad. Posiblemente muchos piensen en la comunidad esotérica, y puede que estén en lo cierto, aunque parece haber una respuesta mucho más precisa que se esconde bajo la superficie.
Además, Dolores Tomasa Parravicini Noriega era prima hermana del actor Florencio Parravicini, hijo de los masones Reynaldo Parravicini Nonell y Rafaela Romero Cazón que fue iniciado el 5 de junio de 1894 en la Logia Roma N° 128 y más tarde pasó a la Logia Bernardo Monteagudo, llegando a ser concejal con el apoyo de la masonería.
La web oficial del autor, que junto a sus investigaciones sobre vida extraterrestre ofrece un largo texto sobre la masonería, señala que el ovniólogo fue editor y director de la revista Cuarta Dimensión durante 18 años y que presentó 33 documentales en sus giras por 18 países, además de pertenecer a comisiones de investigación militar y haber sido el primer ufólogo en dar conferencias en bases de la Marina. Sobre su trabajo como actor, destaca sus inicios con Margarita Xirgu (investigada por los tribunales de represión de la masonería) y su participación en películas de Enrique Cahen Salaberry (cuyo apellido es el de la familia noble judía Cahen, variante de Cohen), profesión que Zerpa dice haber abandonado en 1972 para dedicarse de lleno al estudio de lo paranormal.
Se nos dice que su primer avistamiento fue el 17 de noviembre de 1959 junto al piloto y doble de riesgo Alexis De Nogaetz (hijo de la princesa Zulita Nogaetz Nogai Khan, descendiente de la dinastía Romanov), mientras grababan una escena para una serie televisiva en un avión militar de la Fuerza Aérea, y que era amigo de Jacques Vallée, escritor de ciencia ficción y asesor de la NASA que inspiró al cineasta Steven Spielberg, creador de E.T. Parravicini, por su parte, aseguraba haber sido abducido por extraterrestres al volver del teatro cerca del Obelisco, a metros del edificio de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones. Con respecto a su vida privada, Zerpa estuvo en pareja con las actrices argentinas Herminia Iris Roba (alias Gloria Ugarte) y Thelma Stefani, y con las investigadoras Bettina Allen y Adriana Ferreyra.
En cuanto a Pedro Romaniuk (1), nació en 1923 en la colonia judía de Médanos como hijo de los inmigrantes rusos Miguel Romaniuk y Francisca Pachosik, lo que nos permite relacionarlo con el piloto militar Vasili Romaniuk, nacido en 1910 en el Imperio Ruso (actual Ucrania). Pedro era aviador y perito en la junta investigadora de accidentes aéreos, pero comenzó a interesarse en la parapsicología al estrellarse con un avión de la Fuerza Aérea el 25 de octubre de 1947, llegando a construir pirámides energéticas tras la muerte de su hija Stella Maris en 1976.
Norbert Pakula (2), alias Altair, nació el 9 de diciembre de 1924 en Breslau, actual Polonia, y estudió astrología con maestros como Guy Ugolini Santé y Frank Glahn. Dictó cursos en la Agrupación Labor de Buenos Aires, donde conoció a su esposa Clara, y fundó el Centro Astrológico de Buenos Aires junto al ingeniero Víctor Algasovsky. Con el mismo apellido encontramos al cineasta Alan Pakula, al informante ficticio Ronald Pakula y a la biógrafa de la nobleza Hannah Pakula.
Pasemos a Bibiana Claudia Bryson (3). Según Dateas, 28 personas tienen el apellido Bryson en Argentina, pero sólo una incluye Bibiana como segundo nombre, por lo que su nombre correcto sería Claudia Bibiana, nacida hacia 1965. Los comentarios recopilados por un forista sugieren que, en una visita al hospital en donde trabajaba Ana Mancebo, la nieta postiza de Parravicini, Bibiana Bryson le habría confesado que su intención era obtener alguna salida laboral con este tema, por lo que dejaron de verse.
El mismo forista señala que Pedro Romaniuk habría inventado el allanamiento a la casa de Parravicini como forma de justificar su obtención de las psicografías y que quienes realmente las tenían desde 1969 y se las entregaron a él eran Gorki Carulla y su esposa Silvia Landrock, alias Kitty, los asistentes del profesor Erú. Con esos apellidos encontramos a la actriz, el artista y el fotógrafo alemanes Maria, Franz y Ernst Landrock y a la actriz española y al político argentino Montserrat y Juan Carulla. El profesor Alejandro Erú, nacido en 1916 y fallecido en 1969, había estudiado psicología en la Universidad de La Plata y parapsicología en la Universidad de Duke, pero algunos de sus colegas lo tildaban de comerciante y charlatán.
Además, las psicografías de Parravicini están llenas de numerología y símbolos masónico fenicios como el Ojo de la Providencia, la escuadra y el compás, la pirámide, el mar y los dioses egipcios, entre otros, como también se observa en “La Idea Fija”, uno de los pocos cuadros de Parravicini que aún se conservan.
Pero entonces, si sus poderes psíquicos no eran reales, ¿cómo hacía para saber lo que iba a pasar en el futuro? Su sobrina nieta, Marcela Podestá Costa, admite que las psicografías tienen distintos tipos de letra, pero lo justifica diciendo que corresponden a las diferentes entidades que él incorporaba. Esto, sin embargo, es un indicio de que pueden haber sido escritas intencionalmente por múltiples personas, utilizando alguna de las siguientes estrategias fraudulentas: hacer el dibujo luego de ocurrido el hecho, pero fechándolo en años anteriores para que parezca que fue profético; publicar un dibujo ambiguo y luego ajustarlo a algún hecho posterior, ya sea inventando una interpretación acorde o agregando detalles o epígrafes que lo hagan encajar con lo ocurrido; o confiar en las casualidades y la libre interpretación de los aficionados, avalando lo que el común de la gente opina sobre lo que ve.
Claro que ninguna de estas opciones explicaría la existencia de psicografías completas y extremadamente certeras que se encuentran publicadas en revistas anteriores a los hechos. Pero la solución en esos casos es mucho más simple de lo que parece: Benjamín debía recibir entonces información confidencial anticipada, y lo único que hacía era garabatear los planes que el grupo de masones fenicios al que pertenecía pensaba llevar a cabo en el futuro. Es decir, difundía de manera encriptada los planes con los que ellos mismos pretendían alcanzar el Nuevo Orden Mundial. No podemos saber con seguridad quiénes estaban al tanto de esto y quiénes fueron los inocentes que cayeron en el engaño, pero podemos deducir que Benjamín y uno o más de sus seguidores pertenecían al primer grupo.
Por ejemplo, si alguien tenía la idea de construir un par de torres gemelas huecas con falsas oficinas de empresas fantasma en el centro de Nueva York para luego demolerlas durante la simulación de un ataque terrorista, bastaba con decírselo para que él lo dibujara. Quien no lo cree, puede ver los vídeos y artículos que demuestran que los aviones fueron generados por computadora, que los edificios implosionaron en una demolición controlada, que los pasajeros eran cómplices o que ni siquiera existían, que los testigos eran actores contratados y que las supuestas víctimas que saltaban por las ventanas eran señuelos plantados por el grupo de artistas Gelatin-B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario